¿Qué crees que tienen en común las personas inteligentes? Mucha gente piensa en la inteligencia como algo con lo que simplemente se nace. Algunas personas, después de todo, hacen que ser inteligente parezca inteligencia sin esfuerzo, aunque no es un rasgo establecido, es una habilidad cambiante y flexible para aprender y estimular el cerebro, que puede mejorar con el tiempo. Lo que las personas inteligentes tienen en común es que se dedican a hábitos de vida que apoyan y protegen su salud mental.
Hemos reunido los 16 hábitos comunes en las personas inteligente y creemos que son importantes para que seas un poco más inteligente cada día.
1- Haz preguntas.
El filósofo alemán Hans-Georg Gadamer dijo una vez: “El conocimiento solo puede estar con quienes tienen preguntas”. La mayoría de las personas no hacen preguntas porque sienten que van a parecer estúpidas, pero no podrían estar más lejos de la verdad. Aprender requiere hacer preguntas, y así encontrar respuestas. De niños, la profundidad de nuestra curiosidad no tiene límites. Todo lo que nos rodea despierta nuestro interés.
¿Por qué es azul cielo? ¿Por qué maúllan los gatos? Y, en consecuencia, si no entiendes nada o no estás seguro de algo, no temas preguntar al respecto. Incluso hazte preguntas a ti mismo e investiga las soluciones por tu cuenta cuando tengas un momento (en lugar de mirar tiktok o Netflix). Busca en Internet material que te ayude a entender los temas que te interesan pero te confunden un poco. Esto puede no ser fácil, pero la práctica que consume mucho tiempo puede aumentar considerablemente tu inteligencia.
2- Lee en profundidad sobre cada tema.
El cerebro es una herramienta muy poderosa y la lectura es el ejercicio mental que necesita para estar en plena forma. Tenemos acceso instantáneo a casi todos los libros escritos creados por humanos gracias a los smartphones, tabletas, lectores electrónicos y, por supuesto, Internet. Sin embargo, a menudo perdemos tiempo viendo videos divertidos de gatos y perros en Instagram, sin apenas pensar pasando el feed. Sin duda, es una forma de relajarse y sentirse más alegre, pero no es realista ni saludable usar todo tu tiempo libre haciendo esto. Sin embargo, leer a menudo no solo puede ayudar a mantenerse informado y enseñarle a tu cerebro a funcionar bien, sino que también te ayudará a aprender cosas nuevas continuamente. Las mejores opciones son libros, publicaciones instructivas, artículos y sitios web extensos. Mantén tu propia rutina de lectura, aunque solo implique leer una parte de un capítulo cada día, tu intelecto crecerá con el tiempo.
3- Socializar con gente inteligente.
Los amigos pueden enseñarte nuevas habilidades y mantener la mente activa. Nuestro entorno da forma a nuestros valores, creencias y formas de pensar, y pasar tiempo con intelectuales ayudará constantemente a alimentar tu cerebro porque con las personas inteligentes, siempre hay algo de qué hablar y siempre hay algo que aprender de ellas. Por supuesto, es posible que a veces sientas que no sabes lo suficiente, pero incluso eso tiene sus ventajas. Te estás adaptando a tu entorno y tu mente te obligará a esforzarte por mejorar como resultado de reconocer tus defectos. Los intelectuales ya saben cómo alimentar su cerebro, por lo que pasar tiempo con ellos es muy beneficioso para adoptar no solo el conocimiento sino también un estilo de aprendizaje.
4- Toma tiempo para pensar.
Todos nos podemos distraer fácilmente entre una cosa y otra, sin entender adecuadamente la verdadera esencia de la información recibida. El hábito de hacer pausas para reflexionar sobre lo que has aprendido es muy beneficioso y, de hecho, es una parte importante del proceso de aprendizaje. Cuando te tomas el tiempo para pensar, puedes considerar todos los factores que podrían tener una conexión directa o indirecta con lo que sea que estés haciendo. Puedes planificar de 3 a 5 pasos por delante y reducidas muchísimo la probabilidad de error.
Lo mismo ocurre con las conversaciones. Las personas inteligentes escuchan más y hablan menos, y se las arreglan para decir mucho con menos palabras.
5- Hacer ejercicio con frecuencia.
No pases por alto el ejercicio y sus efectos en nuestra inteligencia. El cerebro y el cuerpo cooperan constantemente con nuestra energía general y nuestra salud física tiene un impacto directo en la calidad de nuestros pensamientos a medida que crecemos cognitivamente. Ten en cuenta que también debes crecer físicamente, ya que los dos están entrelazados. El ejercicio físico también inculca disciplina, lo que es ventajoso para el crecimiento eficiente de hábitos positivos y nueva información. Intenta en la medida de lo posible hacer tiempo para al menos una forma de ejercicio. Puedes apuntarte a tu gimnasio, conseguir unas zapatillas para correr unos kilómetros o simplemente practicar yoga u otros entrenamientos en casa. Cualquier cosa funciona, solo mueve tu cuerpo.
6- Prioriza comer sano.
Debes estar familiarizado con esta noción predominante de que la glucosa es el combustible ideal para el cerebro. Pero una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales necesarios, es el mejor combustible que puedes obtener para llegar al poder. Tu motor de pensamiento. La dieta óptima para mejorar el rendimiento cerebral incluye suficientes proteínas, cantidades moderadas de carbohidratos y suficientes grasas saludables. Por lo tanto, los cereales integrales, las carnes magras, las nueces, el pescado y los productos lácteos deben estar en tu mesa. Y también es una buena idea adoptar el hábito de comer lo suficiente hasta estar satisfecho y evitar la comida rápida tanto como sea posible, ya que te atontará, y a la larga, puede causar numerosas enfermedades y problemas medicos.
7- Llevar un diario.
Se ha comprobado en estudios grupales que dedicar unos minutos a reflexionar sobre los acontecimientos y los pensamientos del día por escrito aumenta la capacidad intelectual. Nada te motiva más, ni te ayuda a ser más inteligente, como la experiencia personal y tus propios logros. Tómate unos minutos cada noche para escribir tus pensamientos, eventos y puntos de vista del día. Con esto, tendrás la oportunidad de analizar las ideas que te llegan, los pensamientos y las preguntas que surgen.
Luego está la ventaja adicional de que escribir con frecuencia te hace más inteligente en general, al expandir tus habilidades lingüísticas y de comunicación.
8- Prueba nuevo aunque creas que no va a funcionar.
La práctica hace a la perfección. Las personas inteligentes no tienen miedo innecesario al fracaso. Entienden la verdad universal de que, sin práctica, nada se puede aprender realmente. Así que están preparados para el desafío. Es imposible aprender una nueva ecuación si no intentas resolver las incognitas, como también lo es aprender a tocar la guitarra si no pruebas los acordes tú mismo, a veces éxitos sobresalientes e incluso espectaculares son el resultado de algo que nos asustó tremendamente.
9- Aplica y comparte nuevos conocimientos.
Si no pretendes usar lo que aprendes, no sirve de nada estudiarlo.
Las personas inteligentes siempre hacen uso de sus conocimientos adquiridos, no porque les ayuden a tener éxito, sino porque compartir sus recursos intelectuales los hace más valiosos. ¿Has leído un libro? Coméntalo con personas que también lo hayan leído. La mejor técnica para reforzar y comprender el tema es compartir nueva información y conceptos. Durante esta conversación, aprenderás más sobre la obra en sí, así como sobre las lecciones que otras personas han descubierto. No importa con quién compartas tus pensamientos con familiares, amigos, compañeros de trabajo, miembros de una red social, grupo o foro temático. Porque el acto de compartir conocimiento en sí mismo es lo que enriquece tu comprensión y te ayuda a sacar conclusiones más informadas.
10- Sé selectivo en lo que dedicas tu esfuerzo.
Las personas inteligentes tienden a tener pocos amigos, pero compensan la falta de números con amistades profundas y genuinas. Aquellos con quienes pasa tiempo, incluidos sus seres queridos, reflejan su identidad y necesidades personales, guiándolo hacia la comprensión de sí mismo y del mundo que lo rodea. Más allá de las amistades, cuando tienes cuidado con lo que prestas atención, podrás trabajar de manera óptima sin distracciones innecesarias. A las personas inteligentes les resulta fácil poner sus prioridades en orden. Piensa en una lista de control mental. Es mucho más fácil seguir la siguiente tarea de tu lista que hacer malabares con todos los planes que tienes a la vez.
11- Tómate descansos breves en el trabajo.
En la era de la digitalización total, nuestros cerebros se queman literalmente por el bombardeo de información. Estar en contacto con lo que está sucediendo no siempre es bueno. Es por eso que incluso unas vacaciones cortas a veces son necesarias para mantener la creatividad y evitar el agotamiento cognitivo. Tras trabajar varias horas, semanas o meses y debido a la ausencia de pausas y momentos de calma mental, empezamos a pensar de forma superficial y automática. Lo mismo ocurre con la lectura. Asimilarás mejor cuando tomes descansos después de unas horas de lectura. En este tiempo libre, puede disfrutar de una caminata corta, meditar, hacer ejercicio o hacer algunas tareas en la casa. Solo date un descanso mental.
12- Aprende a organizarte.
Tanto en casa como en el trabajo. Las personas que tienen el hábito de ordenar las cosas tienden a ser inteligentes. Las alertas de mensajes frecuentes y desorden en el escritorio y en las carpetas de trabajo, todo esto desvía la mente de las tareas y reduce la productividad. Tu mente funcionará de manera más eficaz cuanto menos desorden haya en el área donde vives y en el area donde trabajas, desarrolla el hábito de guardar las cosas de inmediato. Crea varias carpetas temáticas en tu escritorio y evita guardar papeles individuales.
13- Estudia los patrones de comportamiento de otras personas.
Las personas inteligentes tienden a ser comprensivas a su manera y tienen en cuenta cosas como la motivación de sus colegas, su perspectiva del proyecto y el nivel de ayuda que necesitan.
Intenta entender las situaciones de las personas que te rodean. Requerirá un gran esfuerzo intelectual, pero a la larga tendrás mejores habilidades sociales y podrás tomar las decisiones correctas, especialmente cuando otras personas están involucradas.
14- Sé observante activamente.
Puedes ver todo lo que hay a tu alrededor. ¿De verdad le prestas atención? Muchos de nosotros observamos el mundo a-críticamente centrándonos principalmente en las cosas que nos afectan inmediatamente, pero en cambio dedicamos poca atención cada día a examinar el entorno, a examinar críticamente las interacciones normales y cotidianas que tienen lugar en el entorno a nivel global, interpersonal y social. Esto debería ser normal para todos, pero dadas las circunstancias de nuestro tiempo, es una práctica útil y pero poco popular. Cuando diriges tu atención fuera de ti mismo y prestas atención activamente a los detalles. Te sorprenderá lo que descubras de tu entorno. Pruébalo.
15- Duerme cuando lo necesites.
Según los estudios, dar a nuestro cuerpo más tiempo de inactividad ayuda a que nuestro cerebro funcione mejor en términos de memoria, atención y concentración. También se encontró que aquellas personas que normalmente se quedan despiertos hasta tarde y se levantan temprano tenían peores niveles de atención que las que dormían más tiempo. El cerebro procesa la información del día anterior mientras duerme. Descansar lo suficiente fortalece la memoria y elimina las proteínas amiloide y tau relacionadas con la formación de placa en la enfermedad de Alzheimer.
Si bien no hay un período de tiempo establecido que todos deberiamos dormir, diferentes personas necesitan dormir cantidades variables. Tu principal prioridad debe ser descansar cuando tu cuerpo lo necesite. Los hábitos requieren una conciencia mínima para llevarse a cabo, por lo que debe hacer que estas cosas sean hábitos.
16- Jugando.
Una forma particularmente beneficiosa de pasar el tiempo es jugando juegos que te obligan a pensar de forma creativa, utilizar la imaginación y resolver problemas en constante evolución. Perfeccionan tus facultades mentales mientras te brindan deleite y felicidad. Un estudio, encontró que aquellos que jugaban uno o más juegos en los que tenían poner en acción el pensamiento, con frecuencia tenían un mejor desempeño cognitivo que aquellos que no lo hacían. Los juegos mentales de inteligencia no tienen límite de edad y pueden disfrutarlos tanto adultos como niños.